En la industria manufacturera, reducir el consumo energético es clave para mejorar la eficiencia, ahorrar costes y contribuir a un futuro más sostenible. Al implementar medidas eficientes, como la optimización de procesos, la utilización de tecnologías avanzadas y la adopción de fuentes de energía renovable, las empresas pueden disminuir su huella ambiental y fortalecer su competitividad. Al mismo tiempo, la reducción del consumo energético fomenta una mayor responsabilidad social corporativa al demostrar un compromiso real con la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente.
Auditoría energética y análisis de consumo industrial
Conocer de forma detallada cuáles son los niveles de consumo de las distintas áreas que componen la planta industrial de una empresa manufacturera es clave para identificar nuevas oportunidades de mejora.
Así, el primer paso para incentivar el ahorro energético consiste en realizar una auditoría energética para conocer la distribución del consumo y los costes energéticos diferenciados por tipo de actividad. Este tipo de análisis sirven también para identificar y cuantificar las alternativas de ahorro que pueden llevarse a acabo para alcanzar la eficiencia energética, minimizar el gasto fantasma o modificar la potencia contratada si fuese necesario.
En la mayor parte de los casos, a la hora de realizar una auditoría de este tipo, las empresas acuden a compañías especializadas que, tras realizar un estudio exhaustivo de los procesos manufactureros de la empresa, elaboran un informe técnico que incluye las medidas necesarias para mejorar el gasto e incentivar el ahorro energético.
Mejoras en procesos productivos y tecnologías eficientes
Optar por la adquisición de equipos y maquinaria eficiente contribuye a maximizar la eficiencia energética y ahorrar en la factura a final de mes. Además, apostar por este tipo de tecnologías facilita, entre otras cosas, la recuperación térmica de la maquinaría industrial, lo que a su vez fomenta una reducción del consumo. Igualmente, comprender los indicadores de rendimiento energético y formar al personal en este aspecto es positivo de cara a aplicar medidas de optimización de consumo y gestionar los planes de eficiencia energética de una planta industrial.
Producción de energía en el centro de producción: autoconsumo solar
Combinar la producción de energía propia con iniciativas de ahorro energético como las anteriores incentiva el autoconsumo energético, algo que ayuda también a reducir costes. Dado que España es uno de los países de la Unión Europea con mayor número de horas de sol al año, instalar paneles solares en la cubierta de la planta industrial puede convertirse en una estrategia de optimización energética clave para ser más sostenibles e incrementar compromisos a nivel responsabilidad social, ya que la energía renovable no emite emisiones efecto invernadero a la atmósfera.
Sin embargo, para el correcto mantenimiento de los paneles solares es conveniente que una parte de la plantilla de la empresa adquiera una formación específica en materia de gestión e indicadores de control. Incluso, puede resultar también de interés que existan trabajadores con capacidad para realizar algún tipo de reparación o conocimiento sobre el plan de medidas anti-incendio.
La gestión de los residuos y la reutilización de recursos: economía circular y aprovechamiento de excedentes
Una correcta gestión de residuos también fomenta el ahorro energético de las empresas ya que disminuye la emisión de gases efecto invernadero al llegar menos basura a los vertederos. Una manera diferente de incorporar la sostenibilidad energética y fomentar el reciclaje de deshechos industriales es analizar los costes medioambientales desde la metodología de análisis de ciclo de vida, una estrategia utilizada en la economía circular para evaluar cuál es el impacto medioambiental que genera un producto o material industrial desde su extracción hasta el posterior desmantelamiento, reciclaje o tratamiento de los residuos.
Además de analizar hasta qué punto se reduce la huella ambiental de la empresa después de reciclar buena parte de sus desechos, cada vez es más común delegar esta tarea en empresas especializadas en reciclado de productos industriales, las cuales se encargan de minimizar el impacto ambiental y se aseguran de cumplir con la legislación vigente.
Este tipo de metodologías, que suelen llevarse a cabo de acuerdo con los estándares ISO 14040, ISO 14044 o EN 15804, sirven para evaluar la eficiencia energética de la empresa, lo que ayuda a planificar un nuevo escenario de ahorro energético si fuese necesario.
Formación y concienciación del personal manufacturero
Concienciar al personal manufacturero en prácticas de eficiencia energética y sostenibilidad es clave para que la estrategia de la empresa esté alineada con la conducta diaria de los trabajadores. Para ello, es conveniente distinguir el proceso formativo en dos partes diferenciadas. Por un lado, será necesario realizar formaciones a nivel de usuario para todos los trabajadores y, por el otro, una serie de formaciones especializadas, diseñadas para satisfacer las necesidades concretas de cada área.
Este tipo de capacitaciones, además de incluir casos prácticos que sirven para poner la teoría en práctica, hacen mucho hincapié en trasladar conceptos básicos relacionados con el análisis y la normativa energética, la medición y la verificación o el cálculo de medidas de ahorro energético, entre otras.