La producción de electricidad en paneles solares fotovoltaicos se mantiene también en invierno, e incluso en días con nubes. Aunque en los meses de verano se dispone de más horas de sol y por tanto se obtiene más energía de una instalación fotovoltaica, en los meses de menos insolación en invierno aún se consigue una notable cantidad de electricidad.
Gráfica: Producción mensual de 1 kWp de paneles solares fotovoltaicos localizados en el centro de España. Fuente: PVGIS, Comisión Europea, EU Science Hub
Una de las claves para conseguir el mayor aprovechamiento de los paneles fotovoltaicos a lo largo de todo el año es su orientación e inclinación, dado que el sol no incide por igual en todos los meses del año. Cuando más perpendicularmente incidan los rayos solares sobre los paneles, más electricidad producirán. Como decimos coloquialmente, en verano el sol “va más alto”, mientras que en invierno “va más bajo”. Así, dependiendo de si la instalación solar está destinada a la producción durante todos los meses del año, o bien se dedica al autoconsumo de electricidad en alguna estación del año en particular, deberá elegirse la orientación e inclinación apropiadas.
Por otro lado, la temperatura de funcionamiento también afecta al rendimiento de los paneles fotovoltaicos. Sin embargo, en contra la creencia extendida de que las altas temperaturas ayudan a la producción de electricidad en este tipo de equipos, los módulos solares fotovoltaicos funcionan con mejor rendimiento con temperaturas frías. Los fabricantes suelen ofrecer curvas de comportamiento de los parámetros eléctricos de los paneles con referencia de temperatura a 25° C. Por encima de esta temperatura, el rendimiento de los paneles disminuye y producen proporcionalmente menos energía. Este menor rendimiento se compensa, en los días de altas temperaturas en verano, por la mayor irradiancia solar y el mayor número de horas de sol.
El coeficiente de temperatura de los paneles fotovoltaicos expresa la potencia eléctrica producida en función de la temperatura de la superficie de los módulos solares. Es un número negativo porque la potencia eléctrica disminuye al aumentar la temperatura de la celda. Los fabricantes de módulos fotovoltaicos suelen proporcionar este coeficiente en su información técnica, y el coeficiente de temperatura suele oscilar entre -0,35 %/°C y -0,5 %/°C. Esto significa que cada 10° C en exceso da como resultado una disminución de la potencia del módulo que oscila entre el 3,5 y el 5%.
En invierno es preciso estar atentos a la posible acumulación de nieve en los paneles solares. Si los paneles están suficientemente inclinados, la nieve deslizará, pero en otro caso será necesario retirarla para que el peso no dañe los módulos. Aunque el fenómeno natural más perjudicial para una instalación solar no es la lluvia o la nieve, sino el viento. Si la dirección del viento lo dirige hacia la parte trasera de los paneles solares, se puede provocar el denominado “efecto vela” y afectar a la estabilidad de la estructura donde van fijados los paneles. ¡Un buen mantenimiento es siempre necesario para comprobar el correcto estado de los componentes mecánicos y eléctricos de una instalación solar fotovoltaica!
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