La calefacción central es un sistema de calefacción colectiva que da servicio a todas las viviendas de un edificio, calentando los radiadores de cada inmueble y el agua caliente sanitaria.

Dependiendo de la fuente de energía utilizada, gas natural, gasoil o propano, se pueden distinguir diferentes tipos de calefacción central. Aunque, parece común en todas ellas contar con una caldera central, que es la encargada de generar calor y repartirlo de manera homogénea entre todas las viviendas del edificio.

De esta manera, la calefacción central puede resultar la opción más rentable para los propietarios de una comunidad, ya que pueden compartir gastos de instalación, consumo y mantenimiento. Eso sí, para que así sea, es primordial que el funcionamiento sea el correcto y se haga un control estricto, donde los administradores de la finca y los presidentes de la comunidad juegan un papel crucial.

¿Cómo funciona la calefacción central en una comunidad?

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Un sistema de calefacción central suele estar compuesto por tres elementos: la caldera, los radiadores y las tuberías de interconexión, los cuales resultan claves en su funcionamiento:

1.    Se enciende el sistema de calefacción.
2.    La caldera calienta el agua.
3.    El agua caliente circula por las tuberías del inmueble.
4.    Llega el agua caliente a los radiadores o suelo radiante de las viviendas del edificio.

El hecho de calentar el agua por igual para todo el inmueble, permite que la temperatura sea uniforme en todos los hogares de la comunidad. Además, este tipo de calefacción se caracterizan por:

• Su servicio se activa en todas las viviendas a la vez, produciéndose a las mismas horas y a la misma temperatura.
• El coste por el suministro de calefacción se divide entre los propietarios de la comunidad, en función de su coeficiente de participación.

Aunque, hay que tener en cuenta que, desde el pasado 1 de mayo de 2023, la normativa respecto a los sistemas de calefacción de las comunidades de propietarios ha sufrido importantes cambios como la obligatoriedad de individualizar su consumo energético, mediante contadores individuales que permiten repartir los costes en función de su consumo.

¿Qué influye en el consumo de una calefacción central?

A la hora de hablar del consumo de una calefacción central, es fundamental tener en cuenta qué factores influyen en este gasto energético: 

• Climatología: el efecto que tiene el clima de la zona sobre un edificio es clave, ya que influye directamente en la demanda de calefacción de dicha comunidad de vecinos.
• Tamaño de la comunidad: los metros cuadrados de la finca y la existencia o no de zonas que sean comunes van a determinar el consumo de la calefacción central, ya que cuanto más grande sea la comunidad de vecinos, el gasto energético será mayor.
• Aislamiento: las juntas y cerramientos de un inmueble son las zonas por donde pueden producirse fugas del calor interior hacia el exterior, lo cual supone un derroche innecesario de energía y un aumento en la factura del gas de la comunidad.
• Temperatura: los grados del termostato son determinantes en el consumo de un sistema de calefacción central, ya que a más temperatura, mayor será su consumo.

¿Cómo ahorrar en el consumo de una calefacción central?

Existen algunos consejos que pueden ayudar a una comunidad de vecinos a reducir el consumo energético de una calefacción central:

• Cambia la caldera de la comunidad de propietarios por una que sea más eficiente, como, por ejemplo, las calderas de condensación son una buena opción.
• Reduce la temperatura de la calefacción, así evitarás que se produzca un importante salto térmico entre el agua que sale y la que entra en el circuito.
• Mantén una temperatura que sea constante en la caldera de gas.
• Comprueba que el aislamiento en las zonas comunes sea correcto para evitar que el calor se pueda dispersar rápidamente o que haya alguna fuga al exterior.
• Ajusta el encendido y apagado de la calefacción, así como las fechas de inicio y fin de temporada, de manera que cubra la demanda vecinal cuando realmente sea necesario.
• Realiza un mantenimiento periódico del sistema, el cual es clave para aumentar la eficiencia de la caldera, alargar su vida útil y reducir su consumo energético.
• Contrata una tarifa de gas para comunidades de vecinos que te permita ahorrar en algún concepto de la factura del gas.

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