Hoy en día, cada vez hay más comunidades de propietarios que deciden contratar el suministro de gas para mejorar la eficiencia energética del inmueble y así poder reducir los costes. Pero ¿sabes cómo se lleva a cabo este proceso de contratación? ¿Es necesario el permiso de la comunidad para la instalación del gas?

Antes de nada, debes saber que para instalar el gas en una comunidad, se necesita la aprobación de 1/3 de los propietarios, tal y como recoge el artículo 17 de la Ley de Propiedad Horizontal. Además, los costes derivados del proceso, la instalación y el mantenimiento, no tendrá efecto sobre aquellos propietarios que votaron en contra, los cuales tampoco podrán hacer uso de la nueva instalación. Si en un futuro, quisieran disfrutar de ella, tendrían que abonar el importe correspondiente actualizado y aplicando un interés legal concreto.

Una comunidad que quiera instalar gas natural, debe comprobar, antes de nada, que la red de distribución llega a su ubicación, y en caso afirmativo, ponerse en contacto con un instalador autorizado para solicitar presupuesto. Una vez finalizada la obra, se emite el CIG (Certificado de Instalación Gasista) y el CUPS (Código Unificado del Punto de Suministro), los cuales son necesarios para dar de alta el suministro de gas con la comercializadora que elijamos.

Contratar el gas en una comunidad es un proceso muy sencillo que se puede realizar de forma presencial, telefónica u online, aunque se recomienda estos dos últimas por su rapidez. 

Independientemente de la comercializadora que escojamos, la documentación necesaria para firmar el contrato de gas es 
la siguiente:

• Datos del propietario.
• Dirección postal del edificio o finca.
• Certificado de Instalación Gasista y código CUPS.

Y en un plazo máximo de 8 días el suministro de gas estará activo y 
un técnico de la distribuidora procederá a las instalación de los contadores en la comunidad. Por último, debes saber que el precio de la gestión tendrá que abonarse 
en la primera factura, dividido en dos conceptos:

• Derechos de alta: los cuales se establecen según sea la comunidad autónoma y la tarifa de acceso de gas.
• Derechos de acometida: los cuales varían en función de la tarifa de gas asignada.

¿Cómo funciona la calefacción de gas en una comunidad?

Los sistemas de calefacción central dependen de combustibles como puede ser el gas natural, el propano o el gasoil, para generar calor. Su principal componente es la caldera, ya que recibe el gas desde una tubería y, al calentar el gas, permite que se calienten los tubos por los que circula el agua hasta los radiadores, los cuales caldean el aire mediante el sistema de convección.

Si se trata de una instalación con suelo radiante, el circuito de tuberías serán las encargadas de distribuir el calor de manera uniforme. Además, no necesita una temperatura tan elevada del agua para su correcto funcionamiento.

Sea de una forma u otra, la calefacción de gas es la manera en la que el calor entra en la mayor parte de los hogares españoles durante los meses más fríos del año, ya que se trata de la opción más eficiente, energéticamente hablando, y la más económica a largo plazo.

¿Cuál es el consumo de gas en una comunidad de vecinos?

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El consumo de gas en una comunidad de vecinos es una parte fundamental del gasto anual que va a depender de aspectos claves como es la zona geográfica donde se encuentre la comunidad, el tamaño del edificio, el sistema de calefacción, la degradación y el aislamiento de las instalaciones, así como la carencia de energías renovables.

En las comunidades con calefacción central, el mayor consumo de gas se produce en el propio sistema de calefacción, el cual supone el 40% del gasto de energía total de una comunidad de propietarios. 

Si quieres saber más sobre el consumo de gas en una comunidad y qué consejos debes seguir para reducir dicho gasto energético, no te pierdas este post y ¡empieza a ahorrar en la factura del gas!

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