En España, como en casi todos los países desarrollados, el sector energético se ha liberalizado en búsqueda de una mayor competencia. En el caso español, este proceso comenzó en 1997 con la promulgación de la Ley del Sector Eléctrico 54/1997, reformulada por la Ley 24/2013.
Esta reestructuración del sector eléctrico significó el paso de una estructura vertical, donde todas las actividades estaban agrupadas, a otra organización donde generación, transporte, distribución y comercialización operan independientemente.
La generación y la comercialización de electricidad se realizan en competencia en el nuevo mercado eléctrico, mientras que el transporte y la distribución se mantienen como actividades en monopolio reguladas por el Gobierno.
La comercializaciÓn de electricidad
La comercialización es una actividad nueva desde 1998, realizada por empresas que tienen como función la compra de energía en el mercado mayorista y su venta a los clientes en el mercado minorista o a otros agentes del sistema. Las comercializadoras no pueden poseer redes de distribución, pero tienen derecho de uso de las redes de transporte y distribución para llevar la energía hasta sus clientes, a cambio del pago de un peaje o tarifa de acceso a la red. En este momento, existen en España más de 300 comercializadoras de electricidad registradas.
LA GENERACIÓN
Por su parte, también desde 1998, las centrales generadoras han visto modificado su régimen económico de funcionamiento y ya no tienen asegurada su producción de energía en base a un despacho centralizado, sino que deben competir diariamente en los mercados mayoristas para intentar que sean aceptadas sus ofertas horarias de venta de electricidad. Si no lo consiguen, no pueden enviar su producción a la red eléctrica en el día siguiente. El Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE) es el organismo responsable de la intermediación para la compra y venta de electricidad de los generadores y los comercializadores en el mercado diario de electricidad, conjuntamente para España y Portugal. Por otro lado, la compra y venta de electricidad al por mayor para periodos de tiempo futuros es gestionada por el organismo OMIP, aunque muchos contratos de este tipo se realizan también directamente entre los agentes del mercado.
LA DISTRIBUCIÓN
En este nuevo escenario, las empresas distribuidoras ya no venden la electricidad a los consumidores, pero mantienen su función de distribuir la energía eléctrica, así como construir, mantener y operar las instalaciones de distribución destinadas a situar la energía en los puntos de consumo. Por su parte, la empresa de transporte Red Eléctrica de España (REE) se ocupa de la transmisión de la electricidad entre los grandes centros de generación y consumo a través de las líneas de alta tensión de 220 y 400 kV, y sus inversiones y costes de operación y mantenimiento están retribuidas por el gobierno.
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