¿Qué tipo de estufas son las de más bajo consumo?
Con la llegada del invierno, en muchos hogares, las estufas se convierten en grandes aliados para mantener el confort ante la bajada de las temperaturas, ya que se trata de una opción muy recomendable para ahorrar energía y calentar nuestra casa de manera eficiente. Además, hay veces que, aunque tengamos calefacción, si no tenemos radiadores en todas las estancias, las estufas nos sirven como una fuente de calor de apoyo.
Por eso, te queremos ayudar para que sepas cuáles son las estufas que menos consumen para que puedas utilizarlas sin el miedo de recibir al final del mes la factura de la luz.
¿Cómo funcionan las estufas de bajo consumo?
El funcionamiento de las estufas de bajo consumo se basa en tecnologías avanzadas para maximizar la eficiencia energética:
- Reguladores automáticos: algunas de estas estufas llevan incorporado un termostato y unos sensores que son capaces de detectar la temperatura ambiente y ajustar automáticamente la potencia, con lo que evitas el derroche de energía y que el consumo se ajuste a lo estrictamente necesario.
- Materiales conductores: se emplean materiales que sean altamente conductores, como el aceite o la cerámica, que permiten transferir el calor de manera muy rápida y eficiente, con lo que se ajustan los tiempos de funcionamiento y se reduce el consumo energético.
Si comparamos las estufas de bajo consumo con las estufas tradicionales, podemos ver que existen diferencias importantes como:
La optimización del ciclo de calefacción: hay estufas de bajo consumo que son capaces de adaptar su funcionamiento a la demanda del hogar, mientras que las estufas tradicionales suelen tener ciclos fijos.
Retención del calor: existen modelos de estufas de bajo consumo que retienen el calor durante más tiempo, como los radiadores de aceite, y eso les permite seguir liberando calor incluso cuando ya están apagadas. Esto significa que existe un máximo aprovechamiento de la energía consumida.
Distribución uniforme del calor: las estufas de bajo consumo están diseñadas para que el calor se distribuya de manera uniforme por todo el espacio de la habitación, garantizando una temperatura confortable en cualquier zona de la estancia.
Eficiencia en calefacción: la eficiencia de las estufas de bajo consumo no solo se basa en lograr reducir el consumo de energía, sino también en la capacidad de generar calor de una manera constante y agradable. Para ello, utilizan principios físicos (la radiación y la convección) para poder garantizar una temperatura cálida en todo momento.
Tipos de estufas de bajo consumo
Existen diferentes modelos de estufas eléctricas de bajo consumo, las cuales utilizan distintas tecnologías para satisfacer las necesidades y preferencias de cada uno de nosotros. A continuación, vamos a ver qué tipo de estufas de bajo consumo son más comunes:
- Estufas de infrarrojos: son las que emplean la tecnología de radiación infrarroja para calentar, es decir, emite ondas infrarrojas en lugar de calentar el aire directamente para proporcionar un calor inmediato y uniforme.
- Estufas de convección: son los calefactores cerámicos que utilizan elementos de cerámica para generar calor y gracias a la circulación natural del aire, distribuye el calor de manera uniforme por la estancia.
- Radiadores de aceite: son aquellos que emplean el aceite como medio para retener y transferir el calor. Tardan un poco más en calentar, pero mantienen el calor durante más tiempo, incluso una vez apagado. Parecen antiguos, pero su versión más moderna se ha optimizado mucho para ser más eficiente.
- Paneles radiantes: son estufas delgadas que se pueden instalar en la pared y emplean la electricidad para calentar un panel radiante, encargado de emitir calor en la habitación. Son muy recomendables para habitaciones pequeñas.
- Estufas con tecnología de almacenamiento: son aquellas que aprovechan las tarifas nocturnas de luz, utilizando materiales como los ladrillos refractarios, para almacenar el calor que liberan durante el día.
Consejos para elegir la estufa adecuada
A la hora de elegir la estufa más adecuada para nuestro hogar, debemos tener en cuenta una serie de factores que son claves:
- Tamaño de la estancia a calentar: no todas las estufas tienen la misma capacidad, por eso hay que elegir aquellas que pueden cubrir nuestras necesidades, evitando que se produzca un calentamiento insuficiente o el derroche de energía.
- Tecnología de calefacción: cada una de las tecnologías tienen sus ventajas y desventajas y siempre es clave que las conozcamos para poder elegir la opción que se adapte mejor a nuestras necesidades.
- Seguridad: es recomendable, y más si tenemos niños o mascotas en casa, elegir estufas que tengan el apagado automático en caso de volcado, el bloqueo para niños o la protección contra el sobrecalentamiento.
- Portabilidad: muchas veces necesitamos mover la estufa por las diferentes habitaciones, para ello debemos tener en cuenta las dimensiones, peso y diseño del aparato.
- Eficiencia energética: es ideal que comprobemos la etiqueta energética de la estufa o cualquier certificado que recoja su grado de eficiencia. Y es que cuanto mayor sea su eficiencia, menor va a ser el consumo necesario para generar la misma cantidad de calor.
- Precio y garantía: las estufas de bajo consumo pueden tener, en un principio, un coste inicial elevado, pero es importante que tengamos en cuenta cuál es la relación calidad- precio y la durabilidad del aparato.
¿Cómo ubicar correctamente las estufas de bajo consumo en el hogar?
La seguridad es lo primero, por lo que te recomendamos seguir detenidamente las instrucciones del fabricante al colocar las estufas de bajo consumo en tu hogar. Para garantizar un rendimiento óptimo y una distribución uniforme del calor, ten en cuenta las siguientes sugerencias:
- Coloca las estufas en las habitaciones de la casa donde la familia pase más tiempo, siempre sobre una superficie plana y estable.
- Evita que las estufas estén bloqueadas por muebles o cortinas, asegurándote de que haya un espacio adecuado alrededor para facilitar la circulación de aire.
- Considera ubicar las estufas en áreas específicas que puedan ser más frías o estén mal aisladas para compensar la falta de calor.
Los modelos más recientes de estufas de bajo consumo requieren menos mantenimiento, pero para garantizar una vida útil prolongada, es esencial llevar a cabo un mantenimiento periódico.
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